miércoles, 27 de julio de 2011

Memorias de un verano (I): Candelario 2011.

     Acabo de llegar de las vacaciones y ya siento la necesidad de compartir todo lo que he vivido y escrito durante estas semanas pero que la falta de Internet me ha impedido publicar. Sin embargo, lo haré por partes por aquello de no mezclar cosas y de tener más cosas que contar en el blog, claro.

Mosaico de Candelario 2011. Talleres.
     Una vez más y ya van dos seguidas, este verano he vuelto a mis dieciséis (o menos) y me he ido de campamento a Candelario (Salamanca). Con diecisiete años pensé que nunca más viviría esa experiencia. Pero diez años después aquí sigo: durmiendo en saco, compartiendo sueño y ronquidos con las compañeras, levantándome pronto en verano y caminando como no suelo hacer durante el resto del año. La diferencia con mis veranos como acampada es que ahora duermo sobre tablas en el suelo, paso frío en julio, sufro las arañas del campo (en mi vida he visto tantas sobre mi mochila) y aprecio más que nunca una ducha caliente decente.

     Si tuviera que resumir rápidamente lo que he vivido en Candelario 2011, lo haría con: risas (muchas risas), "unicornios retrasados" y "me llamo Ralph", carreras de yogures, canciones y guitarreos (menos de los que hubiera deseado), alegría y aunque me duela también desesperación, pequeños descubrimientos, afonía, cansancio extremo, alguna que otra lágrima, duchas con mangueras que no pueden con la roña de campo acumulada, oraciones intempestivas, frío en julio, ideas que "copiar", Aquiles, Ulises, Calíope y los demás personajes del Buenos días, las puertas de Ítaca y las llaves, pulseras, muchas pulseras, esguinces inoportunos, ver partir al volante y sentir añoranza por el que viví hace un año (a pesar de que lo sufrí bastante), mosaicos y talleres, descubrimientos personales y nuevos amigos... y poco tiempo libre para escribir, descansar o dedicarme a mí misma.

Calles de Candelario (Salamanca)
     Nunca he estado en un Gran Hermano, pero creo que vivencias como éstas me hacen aproximarme a lo que pueden sentir los concursantes allí encerrados. Cada sentimiento vivido se magnifica de tal manera que se descontrolan y se apoderan de ti. Aunque he tenido mis más y mis menos en el campamento y con la gente, al final sólo lo positivo perdura. Incluso la alegría parece mayor una vez llegados a casa. Ahora siento añoranza por todos esos campamentos vividos durante años con el colegio. Ver aparecer la silueta de Madrid desde el autobús y desear que nunca llegue para que esos días no terminen a pesar de que tu casa, tu familia, tu cómoda cama, tu ducha caliente y tu ropa limpia te tienten sobremanera. Creo que si soy capaz de emocionarme así de nuevo, es que no lo he pasado tan mal durmiendo sobre tablas.

     En los últimos días del campamento, intenté escribir unas cartas para dar las gracias a aquellos que hicieron del campamento una gran experiencia, pero no me dio tiempo. Espero que estas líneas sirvan para lo mismo.

     Gracias...
Pau, por estar siempre ahí.
Bea, por hacerme reír y por poder compartir contigo cualquier tipo de charla.
Juanjo, por convertirte en un amigo a pesar de la diferencia de edad.
Isa, por tu sonrisa y tu inocencia sin límites, por pasar de ser "catecúmena" a otra amiga más.
Jorge, por llevar conmigo el grupo y saber hacerlo con responsabilidad y ganas de aprender.
Lucía, por haber sido desde el principio un apoyo.
Pedro, por tu alegría, tu paciencia sin límites y tu bondad.
Iván, por saber afrontar reto tras reto y hacerlo con sencillez y transparencia.
Alex, por tu entrega en tu primer campamento de coordinador a pesar de la mala pata.
A los niños de Belén, que han compartido con nosotros por primera vez el campamento,
y a todos los que han formado parte de mi día a día del campamento, monitores y niños, y me han marcado con una simple sonrisa, una conversación durante la comida, en los grupos de reflexión o en el coro. No podría mencionaros a todos, pero os recuerdo con verdadero cariño.

Los dioses del Olimpo en el Buenos días.
    
 GRACIAS




4 comentarios:

  1. De nada!!! Ah no, que yo no salgo, pipipi

    ResponderEliminar
  2. Carlos, tú en la siguiente entrada, jeje.

    ResponderEliminar
  3. Jo, Ana, no me digas estas cosas que me emociono y quiero volver al campamento, ahora que había conseguido estar limpia... jajaja

    Gracias a ti por estar siempre ;)

    ResponderEliminar
  4. yo quiero mi carta!!! jajaja
    y quiero volver, jo....

    ResponderEliminar